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Política Exterior de la República de Panamá luego de la II Guerra Mundial.

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    CONADIP artículos de opinión
  • 16 ago 2019
  • 17 Min. de lectura

Política Exterior de la República de Panamá luego de la II Guerra Mundial: -del Rechazo al Convenio de Sitios de Defensa Filos-Hines de 1947, pasando por la Gesta Heroica del 09 de Enero de 1964, hasta la Firma de los Tratados Torrijos-Carter de 1977-. Escrito por el Lic. Eric Antonio Ureta S.

Segundo Secretario de Carrera Diplomática y Consular.  El Ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Mamoru Shigemitsu firma el instrumento de rendición a bordo del USS Missouri, con el Gral. Richard K. Sutherland como observador, el 02/09/1945. Al calor de la II Guerra Mundial, los Gobiernos de Panamá y de los Estados Unidos habían suscrito en 1942, el Acuerdo de Arrendamiento de Sitios de Defensa (134), el cual establecía que las tierras utilizadas por el Ejército Norteamericano en Panamá, serían usadas hasta 1 (un) año después de entrar en vigor el Convenio definitivo de paz, que diera fin a la conflagración mundial. Así, luego de la capitulación, el 15 de agosto de 1945, y firma el 02 de septiembre de 1945 del Acuerdo de Paz por parte del Imperio del Japón, las autoridades panameñas asumieron que este era el fin definitivo de la guerra. De los 134 Sitios de Defensa originalmente solicitados hasta 1946, el Gobierno de los Estados Unidos había devuelto 65 sitios al Gobierno de Panamá, manteniendo 69 sitios de defensa aún ocupados por sus fuerzas armadas, usados en su mayoría como aeródromos. La rendición del Japón, provoco que la Asamblea Nacional de Panamá, convocara el 06 de noviembre de 1947 a Su Excelencia Ricardo J. Alfaro J., Ministro de Relaciones Exteriores, en representación del Poder Ejecutivo de Panamá, para que contestara un cuestionario de varias preguntas e informara, ¿que interpretaba el Ejecutivo por Convenio definitivo de paz que haya hecho cesar el conflicto bélico?. A esta pregunta, el Dr. Alfaro contesto: “El Poder Ejecutivo es de criterio que la expresión convenio definitivo de paz que haya hecho cesar el conflicto ahora existente, se refiere a cualquier pacto, acuerdo, acto o instrumento celebrado entre los países beligerantes, en virtud del cual hayan cesado definitivamente las hostilidades inherentes al estado de guerra. Por consiguiente, el Ejecutivo panameño, considera que son convenios que sucesivamente han hecho cesar el conflicto bélico. 1. Los diversos instrumentos firmados por los comandantes militares alemanes y comandantes aliados en diferentes partes de Europa, en virtud de los cuales se rindieron incondicionalmente las fuerzas terrestres, navales y aéreas que se encontraban en Alemania y en algunos de los países ocupados, y 2. El instrumento de rendición incondicional firmado a bordo del acorazado Missouri , en la Bahía de Tokio, el 02 de septiembre de 1945, por los representantes del Emperador del Japón y los comandantes militares y navales de los Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, Australia , Holanda y Nueva Zelanda. Ahora bien, como la capitulación del Missouri fue la última en celebrarse y fue por lo tanto el convenio que puso fin a las hostilidades existentes entre los países del Eje y las Naciones Unidas, dicha capitulación debe rectamente entenderse como el convenio definitivo de paz que hizo cesar el conflicto bélico”. A la siguiente pregunta de la Asamblea Nacional: “¿Todos los sitios arrendados para fines de defensa por motivo del conflicto internacional deben ser evacuados por los Estados Unidos a más tardar un año después de haber entrado en vigencia el convenio de paz; o hay algún sitio o algunos sitios que, en virtud de acuerdos especiales, deban ser evacuados con anterioridad. En el último caso, ¿Cuál es ese sitio o cuales son esos sitios y en qué fecha deben ser evacuados?. A lo que el Dr. Alfaro contesto: “Todos los sitios arrendados para fines de defensa por motivo del conflicto internacional deben ser evacuados por los Estados Unidos, a más tardar un año después del convenio definitivo que hizo cesar las hostilidades, Con anterioridad al convenio del 18 de mayo de 1942 se celebró un Acuerdo Especial relativo a la base naval establecida en La Restinga, en la isla de Taboga, en la cual no se habla del plazo de un año para la desocupación; pero ese Acuerdo Especial por Canje de Notas quedó incorporado en el Convenio General sobre Sitios de Defensa. Es claro, por lo tanto, que siendo el canje de notas relativo a la base naval de Taboga parte integrante del Convenio General sobre Sitios de Defensa, el criterio que rigió el Canje de Notas es aplicable al criterio con que el Gobierno entiende el Convenio General, salvo lo resuelto posteriormente en relación con el cese de hostilidades”. El Gobierno Norteamericano, no expreso ningún tipo de disconformidad, con la posición asumida por los Órganos Ejecutivo y Legislativo de Panamá, en torno a que los Sitios de Defensa debían ser devueltos y entregados el 01 de septiembre de 1946, sin embargo a días de cumplirse este plazo: “Grande fue, pues la sorpresa de la Nación cuando la Embajada de los Estados Unidos solicito, apenas dos días antes de expirar el plazo, o sea el 29 de agosto (de 1946), mediante nota, que se iniciaran las negociaciones para la concertación de un nuevo Convenio sobre Sitios de Defensa”. Aunque el Gobierno de Panamá no dio ninguna respuesta afirmativa a la propuesta de suscribir un nuevo Convenio de Sitios de Defensa con los Estados Unidos, su Ejército acantonado en esos sitios de defensa, no cumplió con la desocupación y continuó ocupando de facto los mismos. A pesar de la opinión negativa del Órgano Legislativo, del Canciller Alfaro y de la opinión pública nacional, que respaldaba al Gobierno, en la salvaguarda del respeto a su soberanía e intereses nacionales, el Gobierno de Panamá de forma sorpresiva cambia de opinión, y el 03 de mayo de 1947, anuncio que por haberse agravado la situación internacional, por el auge comunista y el estado de inseguridad mundial, se hacía imperiosa la necesidad de que no se interrumpiera el funcionamiento de los sitios de defensa norteamericanos en Panamá. Al ser el tiempo de expiración de los sitios de defensa, el motivo de controversia, y para legalizar la continuación de la permanencia de estos sitios de defensa a lo largo y ancho de todo el territorio de Panamá, el Gobierno de los Estados Unidos firma con el Gobierno de Panamá el Tratado Filos-Hines, el 10 de diciembre de 1947, que fue aceptado por Panamá en función del compromiso adquirido en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), suscrito en Rio de Janeiro, Brasil, el 02 de septiembre de 1947. Así las cosas, este último Convenio de 1947 al igual que el Convenio sobre el Arrendamiento de Sitios de Defensa de 1942, venían a constituir una alianza de tipo militar entre ambos países. El Tratado Filos-Hines, constaba de 15 artículos y un anexo, en donde se enumeraban los 14 sitios defensa fuera de la Zona del Canal, y con el mismo, los EE.UU., buscaban legalizar su presencia militar en todo el territorio de Panamá. Toda la negociación de este nuevo acuerdo, fue realizada durante la ausencia de la Cancillería, del Dr. Ricardo J. Alfaro J., quien se encontraba en Misión ante la Segunda Asamblea de las Naciones Unidas, en Nueva York, y al enterarse de su contenido, presento el 09 de diciembre de 1947 su renuncia irrevocable al Presidente Enrique A. Jiménez, en los siguientes términos: “…Después de lo que yo he sostenido, manifestado y aconsejado durante estas largas y enojosas negociaciones, yo no podría en conciencia firmar ni defender el Convenio que se ha acordado en principio, y por lo tanto estimo llegado el momento de insistir, con carácter de irrevocable, en la renuncia que puse en sus manos, el 31 de octubre último y que Ud., tuvo a bien no aceptar”. La suscripción de este Tratado no representaba ni un solo beneficio, sino solo obligaciones para la República de Panamá, por lo que el rechazo a la prolongación de una alianza militar fue general entre la población y gremios organizados de la sociedad panameña. A las 3:00 de la tarde del viernes 12 de diciembre de 1947, se llevaría a cabo en el Palacio de Justicia (ubicado entonces en la actual Plaza de Francia en el Casco Antiguo de la Ciudad), donde se instalaría la Asamblea Nacional, para que se considerara el Convenio de Sitios de Defensa, suscrito el miércoles 10 de diciembre de 1947, por el Ministro Interino de Relaciones Exteriores de Panamá, Dr. Francisco A. Filós, y por el Embajador de los EE.UU. en Panamá, General Frank T. Hines. Ese mismo 12 de diciembre, todos los periódicos de la época reportaron que desde horas de la mañana, existía un clima de verdadera tensión en las ciudades de Panamá y Colón y en todo el interior del país, líderes estudiantiles universitarios arengaban en la radio, miembros del Frente Patriótico de la Juventud repartían hojas sueltas a la población en donde explicaban “Por qué debe ser Hoy Rechazado el Convenio”, hubo proclamas de repudio de grupos políticos, Acción Comunal, Sindicatos, Asociaciones como la Unión Nacional de Mujeres, la Federación de Estudiantes de Panamá, la Liga Inquilinaria y Barriadas de Emergencia, la Asociación Federada del Instituto Nacional, la Sociedad Juventud Patriótica y la Asociación Nacional de Educadores, todos participaron espontáneamente en grandes manifestaciones estudiantiles y mítines populares que se lanzaron a las calles para manifestar su protesta gritando: ¡No queremos Convenio! ¡Abajo el Convenio!, entre otros. “En la mañana de ese día (12 de diciembre de 1947), el Ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Filós, junto con los Jefes de la Policía Secreta allanaron el Campus de la Universidad, que quedaba en los locales del Instituto Nacional, en busca de líderes estudiantiles que adversaban el Proyecto de Tratado y en la tarde, la Policía Nacional reprimió a los estudiantes y pueblo en general que marchaban hacia la Asamblea Nacional (Hubo muchas detenciones, y más de 60 heridos).” Debido a la gravedad de la situación generada por la presión popular, se tuvo que posponer la discusión del Convenio, y la Asamblea Nacional nombró ese mismo día, 12 de diciembre de 1947, una Comisión Especial integrada por notables juristas panameños, que estudiarían profusamente el Convenio sobre las Bases, desde el lunes 15 de diciembre, y rendiría un informe en termino de 5 días hábiles, es decir el viernes 19 de diciembre de 1947. En el ínterin de estas elucubraciones: “el día 16 de diciembre, más de 10 mil mujeres vestidas de blanco, realizaron una marcha por las principales calles de la capital pidiendo el rechazo del Convenio Filós-Hines”. Manifestación multitudinaria en la Plaza de Francia, fuera de la Asamblea Nacional, donde se discutía la aprobación del Convenio de los Sitios de Defensa de 1947, el cual finalmente fue rechazado debido a la presión popular del pueblo panameño. En la descripción de los hechos del lunes 22 de diciembre de 1947, fecha en que la Asamblea Nacional sesionaría de manera definitiva sobre este tema, el Licenciado Carlos Calzadilla recordó que, en las instalaciones del Instituto Nacional donde estaban la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) y el Frente Patriótico de la Juventud atrincherados, a las 01:30 p.m. aproximadamente de ese día ocurrió lo siguiente: “El Dr. Harmodio Arosemena Forte, Presidente de la Asamblea (Legislativa), propuso al movimiento estudiantil y juvenil que aceptara aprobar el Convenio “Filós Hines”, con reservas, a lo que se le respondió que la posición del movimiento era el rechazo total, y que de no ser así se corrían el riesgo, si pretendían burlar la voluntad popular, de que fueran guindados en el Parque de Santa Ana, como racimos de bananos, todos los Diputados, porque el pueblo estaba dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para no permitir que ese Convenio pasara, a lo que contestó el Presidente Arosemena Forte: “Jovencito, es usted muy irreverente, dese cuenta que está hablando con el Presidente de un organismo, que somos los Padres de la Patria”. Entonces, se le replicó: “Eso de Padres de la Patria es cosa relativa, pero recuerde que también hay malos padres y ustedes procederán como tales si no atienden el clamor popular…..”. Finalmente la Asamblea Nacional de Panamá sesiono el martes 23 de diciembre de 1947, en horas de la tarde, con 51 diputados, ninguno defendió el Convenio, y cinco y media horas después de haber abierto el debate, de forma unánime rechazaron a las 9:59 de la noche el Convenio Filos-Hines, con siguiente moción: “Impruébese el Convenio firmado en esta Ciudad el 10 de los corrientes por los representantes de los Gobiernos de Panamá y de los Estados Unidos, debido a que dicho Convenio no está inspirado en el principio de la igualdad jurídica de los Estados contratantes, ni se sujeta a las normas del derecho internacional y al espíritu del Sistema Interamericano de Defensa”. El Dr. Florencio Arosemena, nuevo Canciller de la República de Panamá, único del Gabinete presente, no defendió el Convenio y reconoció que la opinión pública estaba en contra del Convenio. El ex Canciller Dr. Ricardo J. Alfaro J., miembro de la Comisión Especial que estudio y recomendó rechazar el Convenio, fue aclamado y llevado en andas como un héroe por la muchedumbre que festejaba en las calles aledañas, celebrando el rechazo al Convenio. El Dr. Alfaro, ex Canciller de Panamá en su momento dictaminó que este Convenio fracaso, porque “había nacido muerto”. El Editorial del diario Washington Post, del 26 de diciembre de 1947, argumentaba que este Convenio fue rechazado debido a dos factores: 1-Una Política (norteamericana) de clara y crasa discriminación (hacia los panameños); y 2-La falta de una Diplomacia agresiva. Inmediatamente, luego de este traspiés de la Diplomacia Norteamericana, el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió un comunicado oficial, en donde reconocía el rechazo a la ratificación del Acuerdo sobre Sitios de Defensa, y luego instruía al Teniente Coronel Willis D, Grittenberger, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el Caribe, para iniciar el retiro de las tropas norteamericanas de los Sitios de Defensa de la República de Panamá, lo más pronto posible. Indudablemente que el rechazo de Panamá del Convenio de 1947, fue un punto de inflexión en la historia nacional y mundial, ya que un pequeño pero valiente Estado como Panamá, con no más de 800,000 habitantes entonces, logro hacer valer sus derechos y decir no cuando sus intereses nacionales no coincidían con la nación más rica y poderosa de la tierra, que acaba de salir vencedora en la II Guerra Mundial, entonces con el monopolio nuclear y con Derecho a Veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Una batalla desproporcional, ejemplo “de los pueblos que se resisten a aceptar, el imperio del fuerte sobre el débil como norma de convivencia” (Gral. Omar Torrijos dixit, 1973). El espíritu combativo y ejemplo del movimiento de reivindicación nacional y lucha popular de 1947, fue un momento determinante en la historia de las Relaciones entre Panamá y los EE.UU., el cual fue capitalizado por patriotas del pueblo panameño, en gestas subsiguientes como: la Operación Soberanía de 1958, y la Siembra de Banderas de 1959, ambas que fueron reprimidas y los estandartes nacionales vejados por destacamentos del ejército norteamericano acantonados en la antigua Zona del Canal, tornándose más tensas las relaciones bilaterales desde entonces. Con miras a aminorar las tensiones entre ambas partes: “El 07 de enero de 1963, se llegó a un acuerdo entre los Gobiernos (de Panamá y los EE.UU.), por medio del cual, la bandera panameña seria enarbolada conjuntamente con la norteamericana en todos los lugares de la Zona del Canal en que esta es izada por las autoridades civiles”. El no cumplimiento norteamericano del compromiso de colocar ambas banderas de 1963, fue lo que desencadeno las nuevas protestas nacionalistas, el 09 y 10 de enero de 1964, en las ciudades de Panamá y Colón, cuando jóvenes estudiantes y sectores nacionalistas de la población, que de manera espontánea se les unió, y que pretendían izar la bandera panameña, dentro de la Zona del Canal, sin embargo, fueron reprimidos por la Policía y Militares Norteamericanos, cobrando un saldo de 22 manifestantes muertos y hubo más de 500 heridos, y al gobierno de Panamá no le quedó otra salida más que romper relaciones diplomáticas con el Gobierno de los Estados Unidos de América el 10 de mayo de 1964, lo que repercutió ampliamente en la prensa internacional, que se solidarizó plenamente con la causa panameña. La gesta patriótica de 1964, represento un hito en la historia de las Relaciones Diplomáticas entre Panamá y los Estados Unidos de América. “El 09 de enero tuvo la virtud de lograr un “Consenso Nacional”; fenómeno que había sido muy difícil de estructurar durante todos los años y las décadas anteriores. Este consenso se ubicó en la conveniencia de sustituir, reemplazar toda relación canalera anterior, tradicional por una nueva que colocara en el primer plano las medidas de justicia a favor de la República de Panamá”. A la izquierda el Dr. Jorge E. Illueca S., al centro sentado el Sr. Miguel J. Moreno, Embajador de Panamá en los EE.UU., y al extremo derecho sentado Lyndon B. Johnson, Presidente de los EE.UU. en 1964, firmando la Declaración Moreno-Bunker. Esta agresión fue denunciada ante los Organismos Internacionales, dando como resultado que el 15 de enero de 1964, el Comité Interamericano de Paz de la Organización de Estados Americanos (OEA), anunciara que Panamá y Estados Unidos acordaron iniciar negociaciones 30 días después de que se reanudaran las relaciones diplomáticas. Así, bajo mediación de la OEA, ambos países restablecieron relaciones diplomáticas y comprometieron, mediante negociaciones diplomáticas, a eliminar las causas de conflicto. “El 03 de abril de 1964 mediante una Declaración Conjunta (conocida como “Declaración Moreno-Bunker” por el nombre de sus signatarios), los dos países plantearon de manera oficial lo siguiente: 1. Restablecer Relaciones Diplomáticas. 2. Designar sin demora, Embajadores Especiales con poderes suficientes para procurar la pronta eliminación de las causas del conflicto entre los dos países (Tratado de 1903), sin limitaciones ni precondiciones de ninguna clase. 3. En consecuencia, los Embajadores (Especiales) designados iniciarán de inmediato los procedimientos necesarios con el objeto de llegar a (suscribir) un (nuevo) convenio justo y equitativo que estaría sujeto a los procedimientos constitucionales de cada país.” El compromiso adquirido mediante la Declaración Moreno-Bunker, fue el preámbulo diplomático que desemboco en el Proyecto de Tratados, conocido como los “Tratados 3 en 1” o “Tratados Robles-Johnson, propuestos 20 años después de la gesta de 1947 y 3 años después de la gesta de 1964, y los mismos versaban sobre tres (3) temas puntuales: 1. Tratado del Canal de Panamá (que reemplazara al de 1903); 2. Tratado para la Construcción de un nuevo Canal a Nivel del Mar; 3. Tratado de Defensa del Canal de Panamá y de su Neutralidad. Estos Proyectos de Tratados, a pesar que eran apoyados por el Gobierno de turno de Panamá como lo mejor que se pudo entonces negociar, trajeron una amplia discusión y debate en diferentes sectores de la población de Panamá, y el rechazo generalizado al mismo, debido a que sólo uno (1) de los mismos respondían a las aspiraciones del pueblo panameño (El Tratado sobre el Canal de Panamá), y los otros dos (El Tratado de Defensa del Canal y su Neutralidad y el Tratado sobre el Canal a Nivel del Mar que una los Océanos Atlántico y Pacífico) respondían a los intereses norteamericanos en nuestro país. El Gobierno de los Estados Unidos argumentaba que: “…Si no hay un Tratado de opción para la posible construcción de un Canal a Nivel y otro sobre instalación de bases militares en el territorio de la República de Panamá no hay abrogación del Tratado Hay-Buneau Varilla de 1903”. Así, en plena lucha ideológica en América Latina y el mundo, el General Omar E. Torrijos H., llega al poder en Panamá en 1968, y toma la determinación de redefinir el estatus del Canal y para ello nombra el 05 de septiembre de 1969, un Grupo de Evaluación de los ante Proyectos de Tratados conocidos como 3 en 1, que el 05 de agosto de 1970 entrega su informe a la Cancillería panameña, que es comunicado inmediatamente al Gobierno de los EE.UU., en los siguientes términos: “(se) rechaza definitivamente los Proyectos de Tratados porque no cumplían con la finalidad de procurar la pronta eliminación de las causas de conflicto entre los dos países, considerándose además que no eran utilizables ni siquiera como base de futuras negociaciones”. Este rechazo panameño, se enmarca en lo que el Catedrático Universitario panameño, Julio Yao, revela como: “El carácter despierto y celoso del pueblo panameño, entrenado históricamente a mirar con escepticismo, a desconfiar de cualquier proceso de reajuste parcial o completo de las relaciones entre los Estados Unidos y Panamá. El espíritu de vigilancia alerta y de crítica constante, resultado de dolorosas experiencias, es digno, respetable, saludable y necesario, y constituye el rasgo psicológico peculiar –la idiosincrasia mental- de un pueblo acostumbrado a vivir como un arco, siempre en tensión, presto a disparar, dispuesto siempre a reaccionar en actitud defensiva dentro del marco de dominación total impuesto por Estados Unidos”. De cómo la gesta de 1947, cual hilo conductor influyo decididamente en la patriótica de siembra de banderas en 1958 y 1959, en la gesta heroica de los Mártires del 09 de enero de 1964, en el Rechazo de los Tratados 3 en 1 de 1967, y finalmente en la firma 30 años después, de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, abrogacionista y no revisionista, como los anteriores Tratados del Canal (de 1936 y 1955), podemos citar que: “Pocos saben que, con tan solo dieciocho (18) años de edad y siendo ya cadete de la Escuela Militar “Capitán General Gerardo Barrios” de El Salvador, Omar Efraín Torrijos Herrera presenció desde las gradas de la Asamblea Nacional de Panamá (entonces en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá), enardecidos debates en torno al mencionado Convenio (…). En 1947, el adolescente Torrijos vio en persona a unas 10.000 personas indignadas, concentradas en los alrededores de la Asamblea Nacional, armados de palos, piedras, machetes, e incluso armas de fuego, dispuestos a impedir por todos los medios la aprobación del Convenio Filós-Hines”. En cuanto a los hechos históricos del 09 y 10 de enero de 1964, el General Omar E. Torrijos H., en Carta remitida al Senador Norteamericano Edward Kennedy el 07 de mayo de 1970, admitía que: “No recuerdo, hasta hoy, un solo incidente, en los tiempos en que comandaba tropas especializadas en orden público, en que la razón no estuviera de parte del grupo hacia donde apuntaban nuestras bayonetas…” Con estas imágenes de 1947 y 1964, grabadas en su mente y corazón, el luego General Omar E. Torrijos H., como Jefe de Estado, capitalizo toda esta poderosa fuerza generada por la lucha generacional, y todo este profundo sentimiento nacionalista, que él definió como “la religión que une a todos los panameños”, y los canalizo hacia su estrategia de Política Exterior para lograr los objetivos en esta lucha histórica por la recuperación plena del Canal, y cuyo éxito se debió a la adopción de acciones diplomáticas audaces e inteligentes, en resumen: “El General Omar Torrijos hizo de la Política Exterior de Panamá la punta de lanza de un proceso de toma de conciencia internacional que debería movilizar corrientes favorables tanto a nivel político como diplomático y de opinión pública. Con este propósito oriento hacia un no alineamiento la Política Exterior de Panamá. Esto debería compensar la hegemonía norteamericana sobre nuestro país”. El Gobierno de Panamá, uso como estrategia de su Política Exterior el diversificar sus relaciones políticas, diplomáticas y económicas, a fin de lograr un mayor apoyo internacional, alcanzar sus objetivos y respeto de sus derechos nacionales. Así Panamá se acerca y hace que el Movimiento de los Países No Alineados hagan suya la causa de descolonización panameña, y se tienen relaciones con ambos polos ideológicos enfrentados entonces, haciendo gala de un pragmatismo positivo, y estableciéndose como lema que: “No estamos ni con la izquierda ni con la derecha, estamos con Panamá”. Asimismo, en todos los foros internacionales: “se reiteraba una y otra vez, el respeto a los Principios del Derecho Internacional promovidos por la Carta de las Naciones Unidas (ONU), tales como: el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, el Respeto a la Soberanía y la Independencia de los Estados, el Principio de No Intervención, el Fortalecimiento de la Paz, la Promoción de la Cooperación y la Seguridad Internacionales, entre otros”. Siguiendo la anterior línea de acción, del 15 al 21 de marzo de 1973, a petición de Panamá como Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (desde 1971), se celebra en la ciudad de Panamá, la primera reunión de dicho Consejo de Seguridad fuera del territorio de los EE.UU., en el marco de la cual la Delegación de Panamá presento un Proyecto de Resolución, sobre la Cuestión del Canal de Panamá, ocupado de forma Neocolonial por los EE.UU. De los 15 miembros del Consejo de Seguridad (5 permanentes y 10 no permanentes): 13 apoyaron el Proyecto de Resolución (Australia, Austria, Guinea, Kenia, Sudán, India, Indonesia, Perú, Panamá, Yugoslavia, Francia, China Popular y la Unión Soviética); hubo 1 abstención (Gran Bretaña) y, 1 rechazo (EE.UU. país con derecho a veto). El Canciller de Panamá, S.E. Juan Antonio Tack, al final de su discurso de clausura de este evento, celebro el triunfo diplomático y moral panameño, en los siguientes términos: “Estados Unidos veto el Proyecto de Resolución en apoyo de la causa panameña, pero el mundo entero vetó a los EE.UU.!” Ante la presión que ejerció este respaldo internacional, se iniciaron las negociaciones para eliminar las causas del conflicto entre EE.UU. y Panamá, y lograr la suscripción del nuevo Tratado del Canal, firmándose el “Acuerdo de 8 Puntos”, también conocido como “Declaración Tack-Kissinger”, en la ciudad de Panamá, el 07 de febrero de 1974. Esta Declaración elimina el concepto de perpetuidad establecido en el Tratado Hay-Bunau Varilla (1903), como lo contempla el primero de sus 3 primeros y principales puntos: 1- El Tratado de 1903 y sus enmiendas serán abrogados al concertarse un Tratado enteramente nuevo sobre el Canal Interoceánico; 2- Se eliminará el concepto de perpetuidad. El nuevo tratado relativo al Canal de Esclusas tendrá una fecha de terminación fija; 3- La terminación de la jurisdicción de EE.UU. en territorio panameño se hará prontamente, de acuerdo con los términos especificados en el nuevo tratado. El General Omar E. Torrijos H. y el Presidente Norteamericano, James Carter, firmaron en la sede de la OEA en Washington D.C., los Tratados Torrijos-Carter, el 07 de septiembre de 1977. Finalmente, con la firma de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, que luego de la aprobación por parte del Congreso de ambos países, comenzaron a regir el 01 de octubre de 1979 (hace 40 años atrás), garantizaron el cierre de manera escalonada de las bases militares norteamericanas en la antigua Zona del Canal, y la devolución total del Canal a la República de Panamá, a partir del mediodía del 31 de diciembre de 1999 (hace 20 años), con lo que se logró el objetivo principal de la lucha generacional iniciada en 1947, el cerrar todas las bases militares extranjeras en territorio panameño, derrumbando esa llamada “quinta frontera”, y, erradicando definitivamente de nuestro suelo nacional, cualquier resabio de enclave o estaca neocolonialista, dándose inicio a la perfección de nuestra soberanía nacional como República, plenamente independiente de cualquier tipo de injerencia o tutelaje externo. 

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